La secretaria de Turismo provincial, Natalia Ponferrada, dijo a Télam que en los últimos tres días de la fiesta contaron unos 85 mil visitantes, pero los peregrinos empezaron a llegar el 29 de noviembre, cuando se hizo la «bajada» de la virgen del Camarino al Presbiterio de la Catedral. La funcionaria explicó que «algunos se quedaron varios días, hasta la procesión del domingo que cerró la fiesta, y otros hicieron sólo el peregrinaje para llegar hasta la Virgen y cumplir alguna promesa o pedir su ayuda, y se fueron antes».
«Los datos que tenemos de los controles policiales indican que desde el 5 diciembre a las 14 entraron por los distintos accesos a San Fernando del Valle 23.759 automóviles, con casi 63.000 personas», precisó.
A éstos se sumaron 245 que arribaron por avión y los que llegaron caminando por las rutas, que son unos 5.400, además de los que lo hicieron por caminos y senderos alternativos y no fueron contabilizados.
La estimación de la División Relaciones Institucionales de la policía provincial es de unas 85.000 personas entre el 5 y el 8, día éste de la peregrinación por las calles de San Fernando del Valle.
La capital catamarqueña tiene tres accesos: uno en el aeropuerto y dos por la Ruta Nacional 38, desde La Rioja y desde Santiago del Estero, y fue por este último por donde ingresó aproximadamente un 96% del total de coches, motos y bicicletas.
Sobre la ocupación de hospedajes, Ponferrada precisó que «fue del 100% en los departamentos Capital y Ambato, lo que representa unas 2.600 camas», y que además se habilitaron viviendas particulares registradas para casos de sobredemanda, como éste.
También hubo peregrinos que pernoctaron en casa de amigos o familiares, señaló, «pero la mayoría durmió al aire libre, gracias al clima de diciembre -con mínimas de 15 grados y máximas de 36-, y por eso a ésta la llaman `la procesión de los pobres`, a diferencia de la de abril, cuando al menos se necesita una carpa».
En abril se celebra el “Septenario en honor de Nuestra Señora del Valle”, surgido de la Coronación Pontificia de la Sagrada Imagen -12 de abril de 1891-, que comienza siempre el sábado siguiente a la Semana Santa y tiene una concurrencia menor que la de diciembre.
En cuanto al movimiento de dinero que esta fiesta generó en la provincia, la funcionaria calculó en unos 8,5 millones de pesos diarios durante las últimas tres jornadas, lo que implica un aumento del 12% respecto de la misma celebración del año pasado.
Debido al incremento de visitantes que cada año se registra para esta festividad, anunció la construcción de paradores para peregrinos en los caminos de acceso, con espacios para descanso a la sombra.
«Hasta ahora -comentó- se les proveyó carpas, pero en esos paradores se les dará contención y atención, especialmente en lo sanitario», debido al estado de agotamiento con que llegan muchos de ellos tras cientos de kilómetros a pie o en bicicleta.
Para enero, esperan una gran concurrencia para el Dakar, que por sexto año consecutivo pasará por la provincia, aunque esta vez no cruzará las dunas de Fiambalá ni tendrá campamento en Catamarca, que el año pasado fue declarada Capital Mundial de este rally.
Ponferrada aclaró que al margen de esta competencia, «el 85% de los festivales populares, culturales y gastronómicos de Catamarca se realizan en enero», y advirtió que a veces se superponen las fechas, con hasta siete u ocho festejos por fin de semana.
Entre las fiestas nacionales del verano mencionó las del Cabrito, en Recreo; San Sebastián, en Pomán; del Fuerte, en Andalgalá; la del Jigote, en Belén, y del Yokavil, en Santa María.
De las festividades provinciales destacó las del Membrillo, en Las Juntas; de La Flor, en El Rodeo; de la Jalea de Higo, en La Tercena; del Zapallo, en Balcozna; del Pimiento, en La Merced; del Maíz, en Ambato, y de la Guitarra, en La Puerta.
Un caso particular es el Festival de La Playa, en Belén, en el que los turistas aprovechan para quedarse para ver el Dakar y superan en número a la población local, que es de unas 5.500 personas.
Fuente: Telam