España abandonó este domingo la era del aislacionismo ferroviario con la inauguración de varios enlaces de alta velocidad con Francia, que sitúan a Barcelona a poco más de seis horas de París, y Madrid a justo siete horas de Marsella.
Por primera vez en la historia, un tren rápido de denominación francesa circuló por vías españolas, y un AVE hizo lo propio por vías francesas. Aunque los raíles ya estaban unidos, la falta de homologación de los trenes de ambos países había impedido hasta ahora la circulación cruzada.
Asi, desde este domingo, Barcelona queda conectada con París (seis horas y 25 minutos), Lyon (cuatro horas y 55 minutos) y Toulouse (tres horas y dos minutos). A su vez, el enlace Madrid-Barcelona-Marsella tardará siete horas en unir la capital española con la de la Provenza-Costa Azul. En total, 17 ciudades a ambos lados de la frontera estarán conectadas por tren rápido partir de ahora.
Renfe y SNCF, la operadora francesa, ofertarán cinco frecuencias diarias en ambos sentidos, unas 4.000 plazas al día. Para ello, usarán 20 trenes tipo AVE S-100 y TGV Dúplex Dasye.
En una jornada calificada de “histórica”, la ministra de Fomento, Ana Pastor (PP), proclamó que este domingo se cerraba la etapa “del ancho de vía español diferente al del resto de Europa”. Pastor añadió que espera que “el volumen de viajeros entre España y Francia, de 82 millones al año, se incremente mucho más”. Fuentes de Renfe y SNCF hablan de un millón de pasajeros al año.
Por su parte, el ministro delegado de Transporte de Francia, Fréderic Cuvillier (PS), recordó que “dos de las redes de alta velocidad más extensas de Europa quedan hoy unidas”. Con todo, el ministro francés admitió que “se espera con anhelo la construcción del tramo Montpellier y Perpiñán”, el último convencional que resta entre Barcelona y la capital francesa.
Renfe y SNCF hablan de un millón de pasajeros al año
Esta es precisamente una de las sombras que empaña la nueva conexión, además de la habitual falta de conexión wifi a bordo de los convoyes. Durante el acto de presentación en Perpiñán, Cuvillier anunció que había «dado inicio a los estudios de construcción del tramo entre Montpeller y esta ciudad”, aunque eludió dar ninguna fecha. De momento, este ramal antiguo añade una hora más de viaje hasta París.
Hay más. Aunque hay cierto consenso sobre la rentabilidad de las conexiones cortas a Lyon, Marsella y Perpiñán –con la Costa Brava como gran beneficiada–, están por ver los retornos económicos –y capacidad para destronar a los vuelos low cost– entre la capital catalana y la Ciudad de la Luz. Sólo ayer, el último vuelo nocturno de Barcelona a París de Vueling llegaba a la Ciudad Condal en hora y media, casi cinco menos que la nueva conexión ferroviaria de alta velocidad.
La fortaleza del TGV entre Barcelona y París puede residir en su coste. Renfe anuncia billetes desde 59 euros hasta París (por unos 80 que cuesta el avión de media). En declaraciones a 02B, el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, admitió que “se seguirá trabajando para promocionar las nuevas conexiones”, y que en un futuro se ofrecerán packs de tren más hotel, para abaratar aún más las tarifas.
Con todo, la respuesta de los pasajeros ha sido buena y las ventas van a buen ritmo. Uno de los primeros que viajaba ha sido Gérome Giraud, oriundo de Toulouse. Hablando para este medio, el pasajero ha indicado que “las ofertas a 30 o 40 euros son muy competitivas”, igual que el tiempo de viaje. Tarifas más caras, según él, significarían seguir usando el vehículo.
Fuente: 02B