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La segunda oportunidad – Copa Claro

“Es un jugador explosivo, con mucha potencia, capaz de ganarle a cualquier jugador del cuadro”, alerta Martín Jaite. Se refiere a Jeremy Chardy, el francés, 43 del ranking, que será una de las atracciones de la Copa Claro, que se juega del 8 al 16 de febrero en el Buenos Aires Lawn Tennis.

Chardy llegará por segunda vez a Buenos Aires. Hace dos años, se anotó para jugar la clasificación, pero no tuvo suerte. Perdió con Andrés Molteni, aunque se dio el gusto de ganar una ronda en dobles con su compatriota Gilles Simon.

Eran tiempos difíciles para el francés, que todavía estaba en juicio con un ex entrenador, al que lo acusaba de haberlo estafado con más de 600.000 euros. El galo estuvo muy cerca de abandonar la práctica profesional, pero la Federación francesa (FFT) le dio su apoyo y el problema quedó en manos de abogados.

Entonces pudo concentrarse sólo en el tenis y comenzó a viajar con un entrenador de la FFT. En consecuencia, recuperó el equilibrio, resultados y rankings.

Chico de familia, capaz de regalarle el Mercedes Benz que ganó en Stuttgart -el único ATP de su carrera-  a su abuelo, para quedarse con su Renalt Clio. “Cuando estoy en casa me gusta pasar tiempo con mi papá, mi mamá y mi abuelo. Somos muy unidos”, contó Chardy.De la calidad de Chardy pocos dudan. Había llegado a instancias finales de los Grand Slams en juniors y tuvo una rápida llegada al profesionalismo. Prodigio de la escuela francesa, con excelente técnica y variedad de juego. Jeremy, de 26 años, es un jugador de ataque, que empieza con un poderoso saque. Además, cuenta con un drive que acelera y gana muchos puntos y el slice, de revés, que le permite acomodarse bien. En la red, también sabe. Por eso no sorprende que de chico, en el departamento donde creció en París, su habitación la adornaban posters de Pete Sampras.

 El francés es un poco tímido ante las cámaras y suele ponerse nervioso en las entrevistas, aunque le gustaría probar suerte en la actuación cuando abandone el tenis.  Las historias le apasionan. Se refugia en los libros. En su anterior visita a Buenos Aires, Chardy estaba leyendo El Alquimista, de Paulo Cohelo.

El sueño de Jeremy es ganar Roland Garros. Por eso baja a Sudamérica para jugar sobre polvo de ladrillo, aún cuando tiene torneos en canchas cerradas a 400 kilómetros de su casa. Su relación con Bois de Boulogne es muy cercana. En su primer partido, en 2006, cuando era el 455 del ranking, dio la sorpresa y le ganó en sets corridos al veterano Jonas Bjorkman (75). Volvió dos años después, para derrotar a David Nalbandian en la segunda rueda, en lo que fue su primer triunfo sobre un top-10.

Chardy saltó a la fama para el público en la Argentina hace un año, cuando sorprendió a Juan Martín del Potro en la tercera rueda del Abierto de Australia. Fue su mejor Grand Slam, perdiendo en cuartos de final contra Andy Murray. El impulso de ese torneo, lo llevó a consolidarse en el top-50, tocando el puesto 25 en el ranking en agosto del año pasado.

Chardy es uno de los jugadores para ver desde cerca en la Copa Claro, donde parte como quinto favorito.

Fuente: Prensa Copa Claro

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