“El aumento del tamaño de los barcos, su impacto ambiental en las áreas portuarias y el peso causado por el creciente número de turistas crean una situación de conflicto”, escribió a sus colegas de las ocho autoridades portuarias. Los instó a “unir fuerzas” para obligar a las empresas a diseñar buques “compatibles con nuestras estructuras y con el medio ambiente”.
Venecia está en pie de guerra para prohibir que naves gigantescas atraviesen sus canales. Un crucero gigante que perdió el control causó pánico a principios de junio, dejando cuatro personas heridas leves, lo que avivó la controversia sobre los riesgos y daños, especialmente ecológicos, que causan estos enormes cruceros.
El crucero “Costa Deliziosa”, de casi 300 metros de largo y capaz de transportar a unas 3.000 personas, estaba por salir de la laguna de Venecia bajo una tormenta de lluvia y vientos fuertes, tirado por remolcadores, pero debido al mal tiempo perdió el control y casi llega a chocar con el yate que estaba atracado no muy lejos de la famosa Plaza de San Marcos, lo que causó pánico a bordo.
El segundo incidente en cinco semanas atizó la controversia en torno a los daños que infligen a la ciudad italiana –inscrita junto con su laguna en el patrimonio universal de la UNESCO– y a su frágil ecosistema los enormes buques de crucero que navegan por los canales. Se estima que unos 30 millones de personas en todo el mundo navegarán este año, una cifra que ha aumentado de un 70% en diez años, según datos del sector.
Fuente: Turismo Perfil